Redacción: Ramón Restrepo García (Padre de familia)

“Solo cuando despiertes el ser cósmico que eres, y veas tu estrella brillar con luz propia como las que ves en el absoluto cielo; habrás cumplido tu ancestral sueño de libertad”

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Muchacho (a), he aquí otra interpretación del “Genio de la lámpara”, la historia, en la cual aquí el genio eres tú; ese espíritu cósmico encarnado que ha recorrido galaxias, planetas y el mundo entero hasta llegar a este estado presente: el de ser el guardián del umbral, de su propia mente, que después de tantas dudas y desvelos, en vigilia de la verdad y el error, ha despertado su poder interior para ponerlo al servicio incondicional de la humanidad.

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Tu ser esencial nunca te ha abandonado y aunque por hechizo, este enterrado y encerrado en la cueva del subconsciente, cubierto por una cortina de humo lanzada telepáticamente a la consciencia, paciente espera a que te des cuenta de ello, y puedas encontrarlo para planear juntos la propia salvación y el despertar de todos.

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Aunque no comprendas cómo funciona la mente (que es una sola), trata de comprenderla como un vehículo cargado de emociones varias (positivas y negativas), que debes conducir con determinación o firme pensamiento. Imagínate en medio de una peligrosa autopista  en autocontrol de las circunstancias adelantando el “paso a paso “de algunos otros distraídos pensamientos viajeros, haciéndote a un lado de los más acelerados que buscan su incierto destino; y porque no se trata de entrar en ese juego que invita al tropiezo, poniendo señales de parqueo mientras con la consciencia escaneas tu control corporal, llevas la atención al entrecejo y ubicas la lengua detrás de los dientes incisivos para hacer conexión fluida con las energías que vienen y van, haces la respiración profunda acompañada de un canto interno; con seguridad y cautela sigues avanzando hacia tu propia realidad hecha de virtudes, y al llegar, parqueas la poca carga que deliberadamente dejaste en el camino.

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Sólo tú, vas hacia tus propios pensamientos; situándote en un estado de profundidad en tu ser y así por lo menos, los regulas; tomando la consciencia de esa área de la mente en el instante y no identificándote con el curso de pensamiento marañoso y conflictivo. Así, de la misma forma como al despertar olvidas el traumático sueño, has un esfuerzo para que la genialidad de tu ser impresione al universo, más allá de la simple consciencia y del subconsciente. Estudia y registra tus intensiones y deseos, sin importar si son correctos o incorrectos y deja que sea desde el corazón donde ellos se proyecten, sé capaz de desarrollar la fuerza de voluntad suficiente para dar luz y vida desde la supra consciencia.

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Y porque nadie sabe para quién trabaja o quién reclama el fruto de tu cosecha, también ten presente el continuo acecho malhechor y duda; más cuando extrañamente a nadie parece ya importarle la propia vida ni la del otro, y menos saber o preguntar de la vida más allá de la vida, con todo y sus jerarquías: ¿Quién soy? ¿quién es Dios? ¿de dónde vengo? ¿para dónde voy? (los misterios del nacer, crecer y desfallecer). Desde siempre, son pocos los interesados en saber de la “alquimia interior”: una temática y práctica que ayudaría a despejar las dudas existenciales, dando posibles respuestas a la pregunta del cómo se da la unión de lo físico con lo mental, lo astral y el mundo espiritual entre otras como aquella trascendental que da paso a la inmortalidad: ¿Más allá de la mente subconsciente: en el multiverso Sub-super consciente… ya no se muere?

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Resiste sin miedo con tu voluntad a todo ese mediático control sobre tu subconsciente que planea esclavitud, mantén la distancia a metros de los fenómenos psíquicos que acechan tu estado mental natural, manipulando y alterando negativamente tu consciencia con mensajes subliminales camuflados en tus gustos y que se propagan como plagas hambrientas intentando apagar tu luz. Debes saber, que una vez estés conectado a tu genio interior, instalados desde la fuente universal, ya no se muere.

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El genio posee una gran alma que está más allá de los sentimientos ordinarios, no se identifica con ellos y los disuelve previamente en su pensamiento. La idea es aterrizar en nuestra mente lo que realmente somos: seres de “libre albedrio” y más allá de lo instintivo o intelectual que sutilmente pretende esclavizarnos, desarrollar nuestro ser intuitivo supra consciente para poder a través de la energía que cultivas y tu fuerza de voluntad, controlar el mundo interno y externo construyendo la propia realidad.